El distrito de Catacaos está situado en la costa norte del Perú, provincia de Piura, a 25 msnm, en la región Grau, a tan solo 12 km de Piura, la capital regional, y 1h 15' de Lima, en vuelo comercial. Es famosa por su artesanía, gastronomía y chicha de jora. El pueblo, con más de 54.171 habitantes, es predominantemente agrícola y artesano, ya que está rodeado de uno de los valles más fértiles de la región Grau, cuya producción de algodón, de gran calidad por su textura y largas fibras, es sumamente cotizado tanto en el Perú como en el extranjero. Este pueblo forjó su futuro con chimeneas y pesados ferrocarriles, con algarrobo y finos sombreros de paja, con su filigrana de oro y plata. Etimológicamente la palabra Catacaos deriva de las voces moches "catac" (grano) y "caos" (exuberante).
Esta zona fue poblada por los Tallanes, quienes luego de instalarse y dirigidos por Mecnau y luego por Nariwalac se organizaron y formaron la nación Tallán (Tacllán por el uso de la taclla, herramienta de trabajo agrícola). Su dios fue Walac y en su honor edificaron un enorme santuario, que actualmente se encuentra en restauración (Templo Narihualá). Posteriormente fueron invadidos por Mochicas y Chimús. Durante la colonia, Catacaos fue 'Encomienda de indios', recibiendo el nombre de San Juan de Catacaos. Durante el proceso de emancipación del Perú, aportó muchos contingentes para la liberación. Para llegar a este poblado se debe salir de la ciudad de Piura en uno de los tantos vehículos que hacen servicio desde la capital Piura a Catacaos; después de un recorrido de 15' por una campiña llana y verde se ingresa al poblado, en donde encontrará restaurantes muy típicos de comida local, muy bien preparada y de un sabor muy agradable. Se puede señalar que Catacaos es conocida por sus comidas y picanterías (restaurantes locales), que son puntos obligados de los lugareños y de todo buen visitante de estas hermosas y soleadas tierras.
Destacan entre sus platos más reconocidos: el cebiche, pescado crudo cocido con limón agrio, cebolla y sal, y pueden ser de mero, cabrilla o cachema, acompañado de una buena 'trama' (camote, yuca o zarandaja); también la 'malarrabia' (plato preparado con plátano sancochado y cocinado en agua, acompañado de quesos y aceitunas); 'seco de chabelo', que es plátano cocido y molido con carne seca y aderezo, y por supuesto la famosa 'chicha de jora', bebida fermentada de un tipo de maíz especial, preparada según técnicas muy antiguas: hierven la jora con sus ingredientes, luego es envasada en vasijas de barro cocido, selladas y enterradas para su fermentación en las cálidas arenas de Catacaos, dependiendo el tiempo para su grado de fermentación, y se toma en cántaros llamados 'poto' o 'cojudito'. Las picanterías estilan poner una bandera blanca en la puerta; cuando está a media asta quiere decir que la chicha aún está fermentando, y cuando está al tope quiere decir que la chicha es fuerte. La artesanía de este pueblo es maravillosa, reconocida nacional e internacionalmente, a tal grado que el Estado le ha concedido el título de Capital Artesanal con la ley 25132 en el año 1989.
Sus artesanos cuentan con una habilidad sorprendente para confeccionar joyas de oro y plata en filigrana (hilos muy finos), los que artísticamente adornan collares y sortijas, y confeccionan todo tipo de objeto que sea solicitado. Destacan también sus tejidos de paja toquilla, famosa por su calidad, finura y delicadeza; por su artesanía en madera dura (hualtaco), que asombra por su belleza, perfección y diseño. Todo este talento local es expuesto en la calle Comercio, histórica y bella arteria principal, cuya antigüedad de dos siglos ha recibido a miles de mercaderes que han comerciado sus productos. En este lugar encontramos maravillas de oro y plata, así como también de paja, madera, cuero y barro cocido, obras de artesanos innatos cuya habilidad es codiciada por cientos de turistas nacionales y extranjeros que llegan a estas soleadas tierras. Pero su arte no solo se queda en el pueblo; cinco minutos antes de llegar a Catacaos se ubica el caserío de Simbilá, tierra de alfareros famosos por sus cántaros, ollas y jarras, los que asombran a estudiosos y curiosos al comprobar la manera en que el artesano, usando como herramientas de trabajo dos paletas, una vasija para el agua, una piedra de río, un lienzo y una selladora, sentados o arrodillados en el piso fabrican manualmente un sinnúmero de artículos de variada estética.
La región Grau cuenta con restos arqueológicos como la fortaleza y santuario de Narihualá, que se ubica a 3 km de Catacaos, en un lugar denominado Cerro de Narihualá. Las construcciones están formadas por plataformas de adobe y argamasa de barro organizadas en cuatro sectores. El área en total tiene 6 has, y ahí en la actualidad se realizan trabajos de restauración.Este lugar es considerado como la capital de la cultura Tallán. Es interesante visitar la iglesia de San Juan Bautista, construida sobre terrenos donde existía la cabaña Tacllán para realizar los consejos de Curacas y Capullanas, siendo este templo el tercero; el primero fue construido en 1547 y fue destruido por el terremoto de 1912; se inicia su reconstrucción en 1915, y es destruida nuevamente en 1983 por las lluvias del fenómeno El Niño. La construcción del tercero se inicia en 1995, la que es calificada como una réplica de la Capilla Sixtina, por la belleza y similitud de su decoración, realizada por artesanos locales En Catacaos destaca la celebración de la semana santa, que llama la atención por la singularidad de su manifestación religiosa, hoy en día considerada como una fecha importante dentro del calendario turístico nacional. Se inicia con el Domingo de Ramos, en donde se escenifica el pasaje bíblico en el que ingresa al pueblo una persona en un burrito blanco, conocido en la zona como La burrita de Ramos, y de lunes a miércoles se realizan procesiones de las imágenes de Jesús y sus santos. El jueves y viernes santo se guarda absoluto respeto y solo se comen los siete potajes brindados en el pueblo a todo visitante propio y extraño.
Finalmente el sábado y domingo santos se realizan misas y se llevan a cabo grandes celebraciones y fiestas. Todos los años este pueblo recibe, en semana santa, gran cantidad de visitantes nacionales e internacionales, llevándose a cabo las procesiones con gran respeto y sentimiento, paseando las imágenes religiosas en grandes andas por las calles, precedidas por bandas de músicos y acompañadas de las autoridades locales más importantes. La infraestructura hotelera en Catacaos es muy pequeña pero agradable, lo que no es impedimento para visitarlo, ya que a solo 15 minutos se encuentra la ciudad de Piura.